lunes, 9 de febrero de 2015

Whiplash



Hoy quiero platicarles acerca de esta película que he discutido con varias personas, uno de ellos, mi hermano; a ciencia cierta el filme retrata un instante en la vida de un aspirante a baterista profesional, -bueno- y la relevancia de esta discusión, es el hecho de que él se encuentra en una situación similar y con el mismo instrumento.

            De entrada la película me gustó pero tengo varios conflictos, realmente no sé si considerarla realmente buena como muchos lo hacen notar; es bien sabido y como varias veces lo he escrito, había un filósofo que decía que todo ya estaba hecho, ya todas las historias estaban contadas desde aquella época de la antigua Grecia, ahora imagínense, estamos en un mundo que viene reciclando historias una y otra vez desde hace mucho tiempo y lo mejor de todo es que nos siguen encantando, el reto entonces, siempre ha sido la forma de contarlas y todo esto se crea a través de ello.

            Cuando comencé a ver Whiplash y observé todo este esfuerzo de lograr ser alguien mejor en el instrumento, hice una analogía con El Cisne Negro de Darren Aronofsky, mi película favorita, porque en materia, las dos tienen el mismo argumento, sólo que una en el ballet y la otra en la batería, pero en esencia se trata del hambre de ser el mejor, de ganarte un lugar, de ser admirado y reconocido. Estos personajes están ensimismados y no viven más allá, sólo para ser los mejores en su campo.

            Esto, aparentemente los hace felices pero vacíos a la vez y lo saben porque es eso mismo lo que no les permite triunfar del todo, los lleva a la obsesión y al extremo. Uno de los aciertos que tienen estas dos películas es la excelente forma de estar contadas porque sentimos al personaje todo el tiempo y nos emocionamos y sufrimos con ellos también, uno como testigo de su larga lucha, desea que terminen para bien las cosas y que su talento sea reconocido al fin. Sin embargo, puede o no ser así, si no han visto ninguno de los dos filmes se los recomiendo ampliamente.

            Pero a pesar del elogio merecido que tiene Whiplash también tiene una parte incierta y es aquella moraleja que debería dejarte; a simple vista todos podrían estar de acuerdo con que es el hecho de esforzarse sin importar las trabas ni las personas que se interpongan en tu camino, pero más que cosas buenas, todos estos mensajes podrían interpretarse de mal modo y hasta ofender. Y a partir de este apartado, si no han visto la película les recomiendo que ya no sigan leyendo para no “quemárselas”.

            Por ejemplo, no todos los profesores que te hacen ser alguien en la vida son unos ojetes, tampoco la vida, para ser alguien mejor tiene que ser un mar de sufrimientos, pues puede que a ciertas personas les ayude a despertar o a madurar pero no todos somos iguales, a la mayoría sino es que a todos les deja traumas irreversibles, tampoco para ser un buen maestro tienes que ser un desgraciado, insultar y atemorizar a los alumnos, imagínense, se supone que ya pasamos tantos años en que la humanidad luchó contra las dictaduras y se vuelve a esto sólo por lograr algo que se supone que te gusta y que debería de darte dicha, no sufrimiento.

            También, el hecho de que para ser el mejor tienes que dejar todo y no contento con eso hasta debes sangrar, muchos estarían de acuerdo pero yo no, es verdad que para ser alguien hay que esforzarse y trabajar en ello, pero no se vale desalentar y mucho menos hacer que la vida se vuelva un sufrimiento.


FICHA TÉCNICA:            
Título: Whiplash: Música y obsesión (Whiplash)
Director: Damien Chazelle
Reparto: J. K. Simmons, Miles Teller, Melissa Benoist, Austin Stowell, Jayson Blair, Kavita Patil
Producción: David Lancaster, Michel Litvak, Jason Blum
Guión: Damien Chazelle
Fotografía: Sharone Meir
País: Estados Unidos
Año: 2014

No hay comentarios.:

Publicar un comentario